miércoles, 21 de mayo de 2014

A LO MEJOR YO HABRÍA EVITADO TODO AQUELLO. PROBLEMAS HISTORIOGRÁFICOS II.



No es del todo cierto que el capitalismo sea incapaz de concebir su propia eternidad. Por una parte, sus partidarios se ven a menudo obligados a presentarlo como algo eterno porque insisten en que es el único sistema económico viable.  La primera de ellas es que el cambio social es inevitable y deseable: que la tendencia natural de la historia es que las civilizaciones mejoren gradualmente. La segunda idea es que el agente adecuado para gestionar este cambio es el gobierno. La tercera es que el gobierno obtiene su legitimidad de una entidad llamada ¨EL PUEBLO¨.  Parte del problema era el obvio: la deuda nacional, en primer lugar, no todo el mundo la posee en la misma cantidad, sino que la poseen, especialemente, los capitalistas, y en la Francia de aquella época, ¨capitalista¨ significaba, especificamente, ¨aquellos que poseen partes de la deu¨. En aquella época, efectivamente, una bancarrota era algo muy similar a un apocalipsis personal: implicaba la prisión, la disolución de las propiedades; para los menos afortunados significaba tortura, hambre y muerte.  Y cuando ésta se diera, ¿cómo sería? ¿Dejaría de valer el dinero? ¿Acaso regímenes militares se harían con el poder? ¿Los regímenes europeos se verían obligados a entrar en bancarrota y caer como fichas de dominó, sumiendo al continente en la barbarie, la oscuridad y la guerra sin fin? Muchos anticipaban ya lo que sería el Terror mucho antes de la Revolución. 

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