lunes, 10 de marzo de 2014

Theo Francos, españoles y Segunda Guerra mundial.




Theo Francos vivió 98 años, los últimos 68 con una bala alojada en el tórax, a escasos milímetros del corazón, que le dispararon en la II Guerra Mundial, en Holanda, en un pelotón de fusilamiento. “Oí el comienzo del tableteo de las metralletas y me dejé caer. Todo se volvió negro. Entonces se produjo el milagro. La bala que debía haberme tocado el corazón fue amortiguada y desviada por una insignia metálica de paracaidista que llevaba en el uniforme. Gravemente herido, caí en la fosa con mis compañeros muertos”, relató a la fotógrafa Sofía Moro en su libro Ellos y nosotros. “Los alemanes no nos remataron ni nos cubrieron de tierra y cal, sino que decidieron dejarlo para el día siguiente. Segundo milagro. Antes de su llegada, al alba, se produjo el tercer milagro. Una pareja de campesinos holandeses pasó por delante de la fosa para empezar su jornada de trabajo en el campo. Eran de la Resistencia. Sorprendidos, descubrieron la carnicería y observando los cuerpos vieron que uno entre ellos se movía todavía un poco. 

La Segunda Guerra Mundial.

Entre 1939 y 1945 se desarrolló el mayor y más cruento conflicto bélico de la historia: la Segunda Guerra Mundial. El 2 de septiembre se cumplen 65 años del fin de esa contienda, iniciada el 1 de septiembre de 1939 con la invasión por la Alemania de Hitler de territorio polaco.

Ejércitos de más de 70 países participaron en combates por tierra, mar y aire en los que se enfrentaron las potencias aliadas (sobre todo EE.UU., Gran Bretaña y la Unión Soviética) y las del Eje (Alemania-Italia-Japón).

Entre los motivos de esta conflagración se encuentran el cierre en falso de la Primera Guerra Mundial (con un tratado de paz humillante para Alemania) y el triunfo del fascismo en Alemania, Italia y Japón, con el telón de fondo de la profunda crisis económica que sucedió al crack bursátil de 1929. La guerra terminó con la victoria de las potencias aliadas y la creación de las Naciones Unidas, así como con la emergencia de EE.UU. y la Unión Soviética como grandes superpotencias.


A consecuencia del conflicto murieron 60 millones de personas, la mayoría de ellas civiles. La llamada Guerra Fría sucedió durante varias décadas a esta gran tragedia que asoló sobre todo al continente europeo y a Japón (sacudido por dos bombas atómicas).

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